Ciudadoriental.com
San Isidro.- Los temibles
y violentos soldados al servicio de la Secretaría de Medioambiente, que
dirige Jaime David Fernández Mirabal, han advertido al corresponsal de
Ciudadoriental.com que "no te queremos ver más por aquí", mientras lo
encañoban con sus fusiles.
Tórres narró que la
soldadesca no quería que tomara fotos de las incidencias de un desalojo
masivo que se producía en el barrio Borojol, de San Isidro.
Explicó
que "el mayor que me hizo la advertencia es el mismo que hace varias
semanas me arrancó el carnet de Ciudadoriental.com cuando Jaime David
amenazó" a un vecino de la comunidad.
Dijo que todos
los soldados querían "llevarme para el CEFA", sede del tembile Centro
de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas, en San Isidro, que fue utizada en
1965 como punta de lanza contra los soldados constitucionalistas que
intentaban reponer a Juan Bosch en el poder tras el derrocamiento en
1963.
-·Yo temí por mi vida. Parecìa que querían matarme", explicó.
Una
multitud de vecinos de Borojol intervino a pecho abierto para defender
al corresponsal, quien nació junto a su familia en los campos de caña
de San Luis y donde ha crecido y tenido sus dos hijos.
Un empresario del lugar, Luis Palma, arriesgó su vida para arrancarle a Tórres de las manos a los enfurecidos soldados.
-"Usted
está detenido, tiene que acompañarnos para ser sometido a una
investigación", dijo el oficial que comandaba las tropas a Diego
Tórres.
De no haber sido por el empresario y los
vecinos, Diego Tórres habrìa ido a parar con sus huesos a un cuartel y,
"bajo investigación", apaleado y hasta asesinado. Después, vendrían las
disculpas y las sanciones, pero ya sería tarde.
En
República Dominicana es común que los soldados intenten imponer el
terror a los periodistas y corresponsales que actúan de manera
responsable.
Incluso, hasta llegan a asesinarlos, como
ocurrió con Narciso González, Narcisazo, que fue llevado al tenebroso
"Mercadito", de la base militar de San Isidro, sede de la Fuerza Aérea
Dominicana, donde fue apaleado, asesinado y posteriormente
desaparecido.
A pesar de las amenazas de los militares
de Jaime David Fernández Mirabal, Diego Tórres no abandonará el pueblo
donde nació ni dejará de seguir reportando los problemas que afectan a
su comunidad.
San Isidro.- Los temibles
y violentos soldados al servicio de la Secretaría de Medioambiente, que
dirige Jaime David Fernández Mirabal, han advertido al corresponsal de
Ciudadoriental.com que "no te queremos ver más por aquí", mientras lo
encañoban con sus fusiles.
Tórres narró que la
soldadesca no quería que tomara fotos de las incidencias de un desalojo
masivo que se producía en el barrio Borojol, de San Isidro.
Explicó
que "el mayor que me hizo la advertencia es el mismo que hace varias
semanas me arrancó el carnet de Ciudadoriental.com cuando Jaime David
amenazó" a un vecino de la comunidad.
Dijo que todos
los soldados querían "llevarme para el CEFA", sede del tembile Centro
de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas, en San Isidro, que fue utizada en
1965 como punta de lanza contra los soldados constitucionalistas que
intentaban reponer a Juan Bosch en el poder tras el derrocamiento en
1963.
-·Yo temí por mi vida. Parecìa que querían matarme", explicó.
Una
multitud de vecinos de Borojol intervino a pecho abierto para defender
al corresponsal, quien nació junto a su familia en los campos de caña
de San Luis y donde ha crecido y tenido sus dos hijos.
Un empresario del lugar, Luis Palma, arriesgó su vida para arrancarle a Tórres de las manos a los enfurecidos soldados.
-"Usted
está detenido, tiene que acompañarnos para ser sometido a una
investigación", dijo el oficial que comandaba las tropas a Diego
Tórres.
De no haber sido por el empresario y los
vecinos, Diego Tórres habrìa ido a parar con sus huesos a un cuartel y,
"bajo investigación", apaleado y hasta asesinado. Después, vendrían las
disculpas y las sanciones, pero ya sería tarde.
En
República Dominicana es común que los soldados intenten imponer el
terror a los periodistas y corresponsales que actúan de manera
responsable.
Incluso, hasta llegan a asesinarlos, como
ocurrió con Narciso González, Narcisazo, que fue llevado al tenebroso
"Mercadito", de la base militar de San Isidro, sede de la Fuerza Aérea
Dominicana, donde fue apaleado, asesinado y posteriormente
desaparecido.
A pesar de las amenazas de los militares
de Jaime David Fernández Mirabal, Diego Tórres no abandonará el pueblo
donde nació ni dejará de seguir reportando los problemas que afectan a
su comunidad.
