Las peculiaridades de las normas sociales dominicanas, como las referentes a la familia, son vistas por visitantes europeos como una aberración y degeneración de un modelo ideal, que sería obviamente el europeo, y no como formaciones sociales propias que obedecen a leyes y móviles distintos a los europeos. Visto de esa forma aparecen naturalmente como una deformación, más bien que formación, social. Este extracto de un interesante artículo de la antropóloga Tahira Vargas pone en telón de juicio esa visión eurocéntrica que predomina incluso en la RD, o al menos entre sus élites y legisladores. Es bastante interesante observar que, según las cifras que ofrece Tahira, predominan las uniones de pareja informales, que pasan de registros civiles e iglesias. Y que no solamente los hombres, sino también las mujeres, se unen con varios hombres durante su vida y tienen hijos con varios. Las familias, por lo tanto, no se estructuran alrededor de lo que sería una pareja hombre-mujer, sino que es algo mucho más informal y difuminado, algo que la legislación del país ignora. Sería interesante saber cómo ven y cómo han experimentado ese fenómeno la gente del foro. Un saludo.
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Matrimonio y Familia, entre arquetipos y realidad
Tahira Vargas
Antropóloga. Investigadora de la vida en los barrios populares.
http://www.clavedigital.com/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=14922&Id_ClassArticulista=208
En la sociedad dominicana se producen grandes tensiones entre lo que se maneja como arquetipo social y lo que existe en la realidad. Una de ellas se encuentra con el tema del matrimonio y la familia. Elementos que no necesariamente presentan nexos en la realidad social, a pesar de las definiciones legales que así se hacen en el recién aprobado artículo 44 de la reforma constitucional.
El matrimonio en la sociedad dominicana ha estado predominantemente marcado por una práctica informal de unión de parejas. El ejemplo más claro de esta informalidad es la existencia de la práctica del “besamanos” en las comunidades rurales. El besamanos es la legitimación de la unión consensual en la que un hombre que “se llevó” a una mujer, regresa con ella a la familia para legitimar la relación con una celebración o fiesta.
Las uniones consensuales han sido y son el tipo de matrimonio predominante en la sociedad dominicana, en Endesa 2007 encontramos que el 41.8% de las mujeres están unidas y el 14.8% casadas, 24.0% nunca unida, 16.7% divorciadas, 1.4% separadas.
Estas relaciones cambiantes donde una mujer puede tener hasta 5-6 uniones con hijos e hijas de diferentes hombres generan que la familia no se estructure necesariamente alrededor de la pareja, hombre-mujer sino que se produzcan distintas estructuras familiares. En estas estructuras podemos encontrar familias monoparentales dirigidas por mujeres (en este caso matrifocales) o por hombres (patrifocales). Otra estructura familiar predominante es la familia extensa donde la abuela o la pareja abuela-abuelo se convierte en el eje de la familia con tres y cuatro generaciones en su interior.
Establecer en la sociedad dominicana que la familia se forma de la pareja hombre-mujer como lo plantea el articulo aprobado (44) es una negación y ocultamiento de la diversidad existente en nuestro contexto social.
Las familias (como bien se plantea en la antropología del parentesco) no se forman necesariamente de parejas sino que se definen en función de la convivencia social y la unidad de residencia (ver Aurora González, 2006). Según los diferentes tipos de familias se establecen distintos tipos de relaciones que pueden o no ser consanguíneas.
Nuestra sociedad se mantiene difundiendo un modelo de familia que no se corresponde con la diversidad existente y se tiende a establecer a las otras estructuras familiares como “familia en crisis” y “familias disfuncionales”. El uso de estas categorías desconoce y niega nuestros orígenes como sociedad. Las familias monoparentales dirigidas por mujeres son características de las sociedades afrocaribeñas. Estas se originan con la esclavitud africana e indígena por las violaciones que sufrieron las mujeres de los españoles, teniendo hijos e hijas de diferentes hombres. Además se ha comprobado en diversos estudios que los problemas sociales, delincuencia, embarazo en adolescentes y otros no se originan en estructuras familiares únicas sino en diferentes tipos de familia (nuclear, monoparental y extensa) y estratos sociales.
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Matrimonio y Familia, entre arquetipos y realidad
Tahira Vargas
Antropóloga. Investigadora de la vida en los barrios populares.
http://www.clavedigital.com/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=14922&Id_ClassArticulista=208
En la sociedad dominicana se producen grandes tensiones entre lo que se maneja como arquetipo social y lo que existe en la realidad. Una de ellas se encuentra con el tema del matrimonio y la familia. Elementos que no necesariamente presentan nexos en la realidad social, a pesar de las definiciones legales que así se hacen en el recién aprobado artículo 44 de la reforma constitucional.
El matrimonio en la sociedad dominicana ha estado predominantemente marcado por una práctica informal de unión de parejas. El ejemplo más claro de esta informalidad es la existencia de la práctica del “besamanos” en las comunidades rurales. El besamanos es la legitimación de la unión consensual en la que un hombre que “se llevó” a una mujer, regresa con ella a la familia para legitimar la relación con una celebración o fiesta.
Las uniones consensuales han sido y son el tipo de matrimonio predominante en la sociedad dominicana, en Endesa 2007 encontramos que el 41.8% de las mujeres están unidas y el 14.8% casadas, 24.0% nunca unida, 16.7% divorciadas, 1.4% separadas.
Estas relaciones cambiantes donde una mujer puede tener hasta 5-6 uniones con hijos e hijas de diferentes hombres generan que la familia no se estructure necesariamente alrededor de la pareja, hombre-mujer sino que se produzcan distintas estructuras familiares. En estas estructuras podemos encontrar familias monoparentales dirigidas por mujeres (en este caso matrifocales) o por hombres (patrifocales). Otra estructura familiar predominante es la familia extensa donde la abuela o la pareja abuela-abuelo se convierte en el eje de la familia con tres y cuatro generaciones en su interior.
Establecer en la sociedad dominicana que la familia se forma de la pareja hombre-mujer como lo plantea el articulo aprobado (44) es una negación y ocultamiento de la diversidad existente en nuestro contexto social.
Las familias (como bien se plantea en la antropología del parentesco) no se forman necesariamente de parejas sino que se definen en función de la convivencia social y la unidad de residencia (ver Aurora González, 2006). Según los diferentes tipos de familias se establecen distintos tipos de relaciones que pueden o no ser consanguíneas.
Nuestra sociedad se mantiene difundiendo un modelo de familia que no se corresponde con la diversidad existente y se tiende a establecer a las otras estructuras familiares como “familia en crisis” y “familias disfuncionales”. El uso de estas categorías desconoce y niega nuestros orígenes como sociedad. Las familias monoparentales dirigidas por mujeres son características de las sociedades afrocaribeñas. Estas se originan con la esclavitud africana e indígena por las violaciones que sufrieron las mujeres de los españoles, teniendo hijos e hijas de diferentes hombres. Además se ha comprobado en diversos estudios que los problemas sociales, delincuencia, embarazo en adolescentes y otros no se originan en estructuras familiares únicas sino en diferentes tipos de familia (nuclear, monoparental y extensa) y estratos sociales.